miércoles, 9 de marzo de 2016

Era una propuesta matrimonial a la que no tenía ganas de ir, pero no sabía que alguien pondría mi mundo de cabeza.  

Lo ví de lejos pensando que ya lo había visto. Me quede mirándolo como solía hacerlo cada vez que el estaba cerca, después me sente en una mesa sola donde unos minutos mas tarde se sento aquel chico que tanto miraba. Había algo en el que a me atraía, algo que hacía querer hablar con el y conocerlo. 

Desde que lo ví, lo ví hermoso. Era su forma de hablar, o tal vez su forma de mirarme, ahí fue cuando me di cuenta que el también sintió algo. De lo que me dí cuenta a medida que hablaba con él era de que tenía el poder de ponerme nerviosa, además de que hizo que me olvidara de todo por lo que estaba pasando, y pensé que no cualquiera tiene ese poder. Tal vez no pasaría algo entre nosotros esa noche, pero algo pasaría, de eso estaba segura. 

No quería que se acabara aquella noche, sabía que al momento de irme, volvería a pensar en aquella situación por la que pasaba. Pero no fue así, lo que quedaba de la noche, aquel chico no salió de mi cabeza. Solo esperaba que el chico estuviera pasando por lo mismo. 

Solo tuvo que ser el para enamorarme, pues me hacía falta algo de amor, algo que el me da día día. En el fondo, sabía que algo pasaría entre los dos, no me equivicaba y no me arrepiento de pensar en eso. El lo es todo. 

Paula Torres 

No hay comentarios:

Publicar un comentario