martes, 17 de febrero de 2015

Mi "yo" del pasado y la actual

Hace poco, en una clase, me pidieron que escribiera un borrador de mi autobiografía. Tenía miedo de escribirla, porque no sabía que escribir, estoy llena de sentimientos y pensamientos, pero no sabía cómo redactarlo, pues tenía que ser escrita poéticamente y nunca en mi vida había escrito de esa forma.

Hoy por fin la termine. Busque en lo más profundo de mi memoria y encontré algo que merecía ser escrito, debo decir, que llore escribiéndola, sobre todo el final, el final para mí, fue algo maravilloso, es lo que más tenia valor para mí de todo el escrito.


Quiero compartirlo con ustedes, para que así, conozcan algo sobre mí.

La gente cambia a medida que va creciendo, yo por ejemplo, cambie muchas veces mi forma de ser, porque a veces, deje que los demás definieran mi forma de ser. Nunca fui una niña con carácter, este lo obtuve cuando ya era grande.

Era una persona que vivía con miedo, todavía vivo con miedo, pero en ese entonces, el miedo que tenía era a las demás personas que se aprovechaban de mi miedo para hacerme daño. Tenía miedo a equivocarme, miedo a que los demás pensaran cosas malas de mí, miedo a cosas nuevas, pero mi mayor miedo, eran las personas a mi alrededor, incluso las que no tenía nada que temer. Sí, mi mayor miedo eran las personas, ¿Por qué?, porque siempre buscaban algo con lo que hacerme sentir mal, hacerme sentir una buena para nada, hacerme creer que era una ignorante, por eso tenía tanto miedo a equivocarme, y por este miedo, como es obvio, siempre me equivocaba. Lo que no sabían, era que yo podía ser callada de voz, pero ruidosa de mente. Por fuera podía no expresar nada, pero adentro de mi, había un centenar de pensamientos, dolores, tristeza, incluso, un poco de felicidad. Preferí guardarme las cosas para mi sola que compartirlo con los demás porque a nadie le importaba lo que yo decía, o así lo veía.

Siempre era yo contra el mundo, no tenía a nadie con quien hablar, con quien reírme, con quien sentirme bien. Nunca me sentí bienvenida, bien acogida, siempre estaba sola. En esa etapa de mi vida, no entendía lo que era un amigo de verdad, solo tenía claro que un amigo era la persona con la que jugabas y te reías en todos los recreos, pues yo nunca tuve a aquella persona cuando era pequeña. Era abrumador ver que todos los demás eran felices y yo no, ¿Cuál era la diferencia entre ellos y yo?; ¿Por qué yo no podía tener esa felicidad así como ellos la tenían?, sencillo, porque no querían que encajara, no querían tenerme cerca, me veían como una niña más en el salón y no como una persona.
Para mí la confianza era algo que no tenía significado alguno, pues a cualquier persona podía compartir cosas íntimas. Muchas de las personas a las que les compartía aquellos secretos, se aprovecharon de mi ingenuidad para que mis secretos ya no fueran solo míos.
Es por esto que decidí dejar de confiar en las personas, pues esto paso varias veces; a la vez, deje de confiar en aquellas personas las cuales me apoyaban, incluso, comencé a dudar de mi misma, de mis capacidades, de mi futuro, etc. Deje que lo malo que decían los demás de mí, definiera quien era, por esto, me sentía horrible; con esto, lo único que podía hacer, era encerrarme en un par de audífonos y llorar callada para que nadie se diera cuenta por lo que pasaba. Después de eso, lo que yo sentía o pensaba, lo guardaba para mi persona, mi dolor, mi sufrimiento, mi tristeza, incluso, un poco de felicidad.Tenía todo, pero me faltaba tanto.

¿Qué le puede faltar a una niña?; asi es, nada, pues tenía todo lo que se necesitaba para ser feliz. Mis padres, un hermano menor, una familia grande y numerosa, amigos, techo, alimento, vestido y la oportunidad de estudiar, pero aun así, me hacía falta mucho para poder ser feliz. Esa era mi parte externa, la que dejaba que todos vieran, pues tampoco quería mostrar mi parte interna, la cual estaba destruida porque sabía que se aprovecharían de eso para hacerme aún más daño. Todos creían que yo estaba bien, pues siempre lleve una máscara con una sonrisa pintada.

Con todo esto, yo sola y triste, me fijaba en como los demás no se sentían como yo y estaban totalmente felices, por eso, comencé a envidiarlos, a tener rabia de que ellos fueran más importantes que yo, a que ellos tuvieran todo lo que yo no tenía. De alguna forma, los demás, se daban cuenta que yo envidiaba su felicidad y me demostraban su alegría cada vez con más intensidad y más seguido.

Tenía miedo de hablar, porque sabía que con cualquier cosa que yo dijera, los demás se burlarían de mí y yo otra vez me sentiría inútil. Era por eso, que odiaba hablar en público, odiaba hablar, odiaba expresar mis ideas, todo el tiempo estaba callada porque creía que mis palabras iban a ser objeto de burla para los demás, es por esto que soy tan callada y tímida. ¿Cómo es que escogí una carrera en la cual debo ser completamente diferente?; es porque quería dejar de depender de lo que los demás decían de mí, quería dejar de pensar en ellos y pensar en mi misma.

Una vez que me preguntaron, que quería hacer con mi vida, a lo que yo respondí que quería ser artista, ellos se imaginaron al artista que pinta, dibuja o esculpe, mientras yo me refería al artista que canta, baila y toca instrumentos. Ellos se quedaron confundidos con mi respuesta, la verdad, no sé cómo hice para responder aquella pregunta, pues tenía miedo de lo que pudieran decir de eso. Al final, no les dije lo que verdaderamente era mi concepto de artista que quería aplicar a mi vida, porque me decía a mí misma que no podía decir aquello por el miedo, me haría ver insegura, y como ellos me veían siempre, ignorante y estúpida.

Siempre viví con mis pensamientos de don de provienen, en mi cabeza, todavía soy así, mi única forma de expresar lo que siento, es a través de la escritura y la lectura, con más enfoque en la escritura, ya que siempre escribo sobre lo que siento y lo que pienso. Antes, cuando no leía ni escribía, no tenía más consuelo que los audífonos y encerrarme a llorar todas las noches, ahora todo es diferente, porque tengo el privilegio de poder escribir, poder escribir lo que yo quiera y como quiera. Sin la escritura, no sé cómo sería mi manera de desahogo, no sabría cómo expresar mis sentimientos, ya que no me gusta expresarlos con ninguna persona.

La escritura y la lectura, me han ayudado a encontrarme a mí misma, que son las cosas que me gustan y cuáles no, que puedo llegar a pensar diferente a los demás y que no debe importarme, pero sobre todo, me han enseñado que; ¿para que quiero personas en las cuales confiar, si tengo la escritura y la lectura como un gran sostén en mi vida? A través de ellas, he aprendido quien soy yo, que no debe importarme lo que los demás digan de mí, sea bueno o sea malo, que puedo ser yo, que ese miedo de expresarme, de hablar y ser yo misma, debe desaparecer y desapareció. Han sido como un héroe para mí.

Paula

jueves, 5 de febrero de 2015

La última vez

"Estaba ahí, en la fiesta de cumpleaños de un compañero de clase. Veo la foto y mi cabeza se llena de recuerdos. Los recuerdos de cuando jugaba con muñecas y no me importaba nada mas que sonreír. Poco tiempo después, falleció un ser querido, a esa edad no sabía lo que significaba, pues solo me decían que se habia ido al cielo. Lo terrible de ver esta foto, es que ese ser querido, esta en ella y, que esa sería la ultima vez que los vería a todos".

Esa, fue mi exposición para una clase de la universidad, en la que leyendola, todos mis recuerdos se juntaron, e hicieron que de mis ojos, salieran lágrimas. Todos mis compañeros debían hacer lo mismo, ninguno lloro, excepto por una compañera que fue despues de mí. No pense que lloraría de esa forma leyendo aquel escrito, sabía que lloraría, pero nunca pude imaginarme iba a llorar de tal manera que se me hacía difícil articular las palabras.


Empeze a leer, estaba un poco nerviosa, pero, para empeze leyendo bien. Todo iba perfecto hasta que empezé a leer "Poco tiempo después, falleció...", cuando dije estas palabras, empezaba a acortarse mi voz, empezaba a desesperarme, y como es obvio, las lágrimas empezaron a salir de mis ojos. Mientras iba leyendo, más difícil me era seguir con el escrito, empezé a pronunciar solo una palabra a la vez; "Lo...terrible... de... ver... esta... foto... es... que... ese... ser... querido... esta... en... ella...", no se como terminé de leerlo todo, sentía tanta tristeza, tanta angústia, tanta desesperación por el hecho de que estaba en una clase y todas las miradas estaban puestas en mí, también lo estaba porque las palabras no querían salir de mi boca, no veía la hora de terminar. 

Hasta que por fin, terminé de leer el escrito. Todo lo que hice fue salir del aula de clase a calmarme y pensar en cosas buenas, pero por mas que intentaba, no podía, solo pensaba en ese ser querido que falleció a temprana edad, que era mi amigo, que no sabía si se había ido al cielo literalmente, tenía 8 años, no sabía lo que "se fué al cielo" significaba. Si, no vivió ni la mitad de su vida, yo que estoy aquí, no la he vivido aún. No se pudo enamorar, no pudo besar a una mujer, no se pudo graduar, no pudo vivír, no pudo llorar, no puso reír, no pudo jugar, no pudo hacer tantas cosas, y ahora que pienso en ello, me parte el corazón. Nunca se sabe el giro que puede dar tu vida, a veces es tan brusco ese giro, que puede herirte bastante.

Paula 

martes, 3 de febrero de 2015

Un nuevo capítulo

Acabo de empezar eso que se llama universidad, me parece genial, estoy conforme con lo que estudio y se que poco a poco, me va a gustar cada vez. 

Solo llevo una semana de estudio, pero con esa poca experiencia he comprendido lo que es ser escritora. Siempre que escribía, tenía que hacer algo completamente original, es decir, algo que nadie mas haya escrito, lo que es imposible, porque todos han escrito sobre todos los temas. Todos han escrito sobre amor, soledad, felicidad, tristeza, ficción, entonces sí, esta bien copiar con descaro a la hora de escribir, eso es uno de los consejos que la profesora nos dió en el aula de clase sobre como ser un buen escritor. Para escribir, tenemos que obligatoriamente, leer, y leyendo, podemos tener una idea de lo que podemos escribir nosotros, obviamente con un punto de vista diferente. Si van a escribir algo, y quieren que sea algo nuevo, deja de pensar en eso, solo guíate de otros escritos y haz tu mayor esfuerzo para a los lectores, les guste lo que escribes. 

Todo el tiempo estoy pensando en lo que puedo llegar a hacer si sigo haciendo lo que me gusta, pensando en todo lo que puedo ser, mejorar como persona, escritora, profesional, me emociona pensar todo aquello, pues ya me veo filmando peliculas, ganando oscares y escribiendo libros, aunque a veces dudo de eso, pero a pesar de eso, no pararé de intentar. Debo decir que lo dejado de hacer por un tiempo, porque estoy pensando en la universidad y todo aquello que piensan las adolescentes hoy en día, aparte del estudio, pienso en el miedo que me da por si el amor aparece por ahí. Ya empezaron a dejarnos esas lecturas infinitas y casi inentendibles, pero no lo veo como algo malo, es decir, si escogí esta carrera que es Comunicación, debí tener en cuenta que me van a llenar de lecturas y tengo que aceptarlo porque en esta carrera, la lectura es la base de todo, además me gusta leer, entonces no le veo problema. Ayer leyendo lo que nos dejo un profesor, me acordaba de cuando leía mis primeros libros o cuando leí 100 años de soledad, tenía que leer los parrafos más de una vez para poder entenderlos, curioso, pero a la vez jocoso. 

Así que aquí estoy en el principio del camino para llegar a donde quiero llegar. Era de esas personas que si no les llega lo que quieren, no hacen nada para obtenerlo, pero, tome la decisión de cambiar eso, y aquí estoy trabajando en ello.

Paula